Estas en:

Patrimonio Natural

Fauna

 
La fauna es variada. A destacar las especies cinegéticas: corzo, ciervo, jabalí (xabaril), liebre, perdiz. Mencionar también: lobo (tsobu), oso, rebeco, tejón (melandro), zorro (rapiego), jineta, hurón (fura), gato montés (gatu affaire), comadreja (papalvietsa), nutria (llóndiga), ardilla (esquil), erizo (puerco espín),murciélago...
Entre las aves cabe mencionar las siguientes: garza, perdiz, codorniz, urogallo (especie protegida), buitro (utre), arcea, cuervo, milano (pardón), gavilán (ferre o ferriu), alimoche (zapiquera), tordo, cuco (cuquietso), lechuzo (curuxa), paloma torcaz (palombo), cernícalo, chocha (cirrica), petirrojo (raitán), vencejo, jilguero, pájaro carpintero (picatuero), gorrión, avefría (aguanieves), arrendajo (glayo), chova (gracha), urraca (pega)…
En cuanto a la fauna fluvial anotar la existencia de truchas y, en menor número, anguilas.
Los aficionados a la pesca pueden deleitarse en los ríos que discurren por el fondo de los valles desde abril hasta finales de agosto. La caza también se puede ejercitar en la época estipulada. Otro atractivo singular es la audición del canto del urogallo en los amaneceres de mayo-junio y la “berrea” del venado en los atardeceres de septiembre-octubre en diversos parajes del municipio.
 
Flora
 
Más de la mitad del territorio tevergano -56%- es superficie forestal (9.400 hectáreas), ocupando el arbolado un 39% del mismo y el 17% corresponde a matorral y otras especies que forman el denominado monte bajo.
La superficie de pastos asciende a un 26% -4.400 hectáreas-, mientras que las tierras de cultivo representan un 0,19% -32 hectáreas-; el terreno improductivo alcanza una extensión de 2.850 hectáreas -17%- y, por último, la zona de aguas solamente tiene una superficie de 44 hectáreas.
Hay importantes mandas forestales de árboles de hoja caduca: hayas, robles, castaños, abedules… Las coníferas apenas existen, salvo algún grupo diseminado. También abundan el fresno, espino, en las orillas de los ríos abundan los alisos a los que se denomina humeiros…

Entre las especies frutícolas destacan: manzano (mazanal), peral (preu), cerezo (zreizal), avellano (ablanu), castaño (castañal), nogal (noceu) y, en menor medida melocotonero (pescal), guindal, nisal, ciruelo, higuera (final), endrino (prunal)…
 
Destacar que en cotas altas hay importantes manchas de piornal, acebos (también denominado xardón), escobar (gromos), brezo, gorbizo, argoma…

Existen plantas medicinales: romero, orégano, marrubio, apio, cordelobo, menta silvestre, te silvestre, tila, cirigüeña, ruda, flor de sabugo, cola de caballo (rabo de potro), genciana (xaranzana), llanten, milenrama, manzanilla, malva, diente de león, tomillo…

En cuanto a frutos silvestres señalar: fresa (viruégano), arándano, níspero, zarzamora, endrino (prunaco).

Una especie de hoja perenne a destacar es el tejo (texu).

En lo referente a plantas o arbustos existen: hierba del pordiosero (bilortu), muérdago (arfuecho), serval (capudo), saúco (sabugu), hiedra, zarza (rade o artu), rosal perruno (garameta), mostajo (mostayal), mimbrera (blimbal), escoba, tojo (arguma)…

En cuanto a plantas y flores silvestres hay gran variedad, a sabes: margarita, campanillas, nardos, orquídeas, amapolas, narcisos, violetas, dedaleras, lirio azul (sanjuanes), ortiga, avena silvestre, ombligo de venus, madreselva, pitinos, lirios, amémonas, ulmaria (reina de los prados), trébol, gamón (pita ciega), correhuela, flor del cuco, brezo, lilas, milamores, salicaria, paxarinos, cardos, aguileñas, cimbalarias, globularios, manteigueiras, o espachavaqueiros estos tienen la peculiaridad de que florecen en otoño en zonas altas.

Como lugares de especial interés destacar los bosques de Montegrande, Carrocera, Cualmundi, Taja… en los que cohabitan el roble, haya, abedul, serval, acebo, especialmente en período otoñal por el contraste de matices que se puede observar.
 
Cuevas
 
• Cueva Huerta: Situada en el desfiladero de Estrechura a orillas de la carretera que une San Martín con el Puerto de Ventana, cercana al pueblo de Fresnedo. Es una cavidad de una longitud conocida de 14,5 Km.(Se describe anteriormente como un Monumento Natural)
 
• Cueva de Vistulaz: Puerto de Marabio.
 
• Sumidoiro del Fondadal: Puerto de Marabio (cercano a la carretera comarcal que une Teverga con Tameza): tiene 156 metros de profundidad. (Monumento Natural Puerto de Marabio).
 
• Cueva de Vegalonga: Puerto de Marabio. Sistema subterráneo de 5.900 metros de desarrollo. (Monumento Natural Puerto de Marabio).
 
 
Desfiladeros
 
• Desfiladero de Estrechura: Hoz por la que discurre el río Páramo, entre los términos de Fresnedo y Páramo y en la que se enclava el complejo cárstico de Cueva Huerta.
 
• Desfiladero de Valdecerezales o Entepenas: Situado en la zona norte el concejo. Se puede contemplar desde la carretera que enlaza Teverga y Proaza o desde la Senda del Oso.
 
Ríos/Cascadas/Lagunas
 
• Río Valdesantibáñez: Nace en las estribaciones del Puerto de Cueiro, pasa por términos de Taja, Campiello, Santianes, Bárzana y desemboca en Entrago, en el río Teverga. Recibe aguas de varios arroyos.
 
• Río Valdecarzana: Nace en el Puerto de Piedrajueves y pasa por Villanueva, Las Garbas, La Plaza y en San Martín se une al Valdesampedro para formar el río Teverga. Recibe aguas del río de Vigidel.
 
• Río Valdesampedro: Nace en el Puerto de Ventana y pasa por Páramo, San Salvador, Riello, Las Vegas y en San Martín se une al Valdecarzana para formar el río Teverga. Recibe aguas del río de la Verde.
 
•Cascada del Xiblo: Tiene unos 70 mts. de altura y está ubicada en el recorrido del río de la Verde. Se accede desde el pueblo de La Focella por el camino de la braña de Las Navariegas. También tiene acceso por una pista forestal que parte de la braña de La Puerca a 5 Kms. de Páramo por la carretera del Puerto de Ventana (una hora de camino desde ambos puntos de partida).
 
• Cascadas de Vallina Armada: Situadas en el curso alto del río Valdecarzana (conocido por río Vallo). Se puede acceder por la carretera que une Villanueva con el Puerto de San Lorenzo. En la braña de Tuiza se camina por una pista ganadera hasta la braña del Rebellón. Desde aquí se toma la senda que va a la braña de Tsamaraxil hasta la campera de Tromeu y aquí se desciende por zona de pastos en dirección Sur hasta encontrar el curso del mencionado río. (Una hora, desde la braña de Tuiza).
 
Nota.- Como curiosidad, apuntamos aquí la posibilidad de ver en algunas épocas del año (si el propietario riega la finca) una cascada que podemos divisar a la izquierda de la carretera que une Campiello y Urria.
 
• Laguna de Sobia: Situada en una hondonada del Cordal de Sobia. Se tiene acceso desde Sobrevilla o desde Carrea. Ambas sendas confluyen (zona baja de Peña Sobia) en una senda que serpentea por las estribaciones de la mencionada peña hasta llegar a la laguna.
 
• Laguna de la Tambaisna: está situada en las estribaciones del Pico Caldoveiro, en los confines de los municipios de Teverga, Proaza y Tameza. Se tiene acceso por una senda parte de Casampablo (por la carretera que une Entrago con Tameza, después de sobrepasar la ermita de Santana). La zona está declarada como paisaje protegido.
 
Durante algunas épocas de deshielo se puede observar una laguna próxima al pueblo de La Focella. Según alguna versión, se realizó a principios del siglo pasado un desagüe para la
evacuación de las aguas de la laguna debido a que era considerada un foco de paludismo y así también se ganaron algunos terrenos de cultivo.
 
 
 
 
Parque Natural Ubiñas – La Mesa
 
 
El ámbito del Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa se localiza en el sector meridional de Asturias y está integrado por terrenos de los concejos de Teverga, Quirós y Lena. Limita al sur con la provincia de León, al oeste con el Parque Natural de Somiedo y al norte con los concejos de Belmonte de Miranda, Grado y Proaza. En concreto está constituido por la totalidad del concejo de Teverga, parte del cual ya aparecía en el PORNA como área integrante del Parque Natural de Somiedo; además de la zona denominada en el PORNA como Paisaje Protegido de Peña Ubiña (suroccidente de Lena y zona meridional de Quirós), así como gran parte de los terrenos de Quirós incluidos en la Reserva Regional de Caza de Somiedo.

Las principales vías de acceso al Parque son la autopista A - 66 y la carretera nacional N - 630, que comunican Oviedo con la capital del concejo de Lena, así como la carretera regional AS - 228 que, desde Avilés y atravesando toda la zona centro de la región, alcanza el Puerto de Ventana en el concejo de Teverga. A Bárzana, capital de Quirós y puerta de entrada al área central del Parque, se accede por la carretera regional AS - 229, tanto desde Pola de Lena, por el Alto de la Cobertoria, como desde el cruce con la AS - 228, por el embalse de Valdemurio. La red viaria del Parque se completa con carreteras de menor orden que arrancan desde las capitales de concejo, dando servicio a los diferentes valles en que se organiza el territorio.
 
Características del territorio
 
Se trata de un territorio de montaña caracterizado por un relieve de fuertes contrastes cuyas altitudes van progresando de norte a sur, encontrándose las más elevadas en el límite con León. En los concejos de Lena y Quirós se localiza el macizo de Peña Ubiña, el segundo macizo montañoso más alto de la región tras los Picos de Europa, con altitudes superiores a los 2.400 m (Picos del Fontán y Peña Ubiña con 2.417 m) y que se proponga hacia el norte hasta los Huertos del Diablo, con picos que superan los 2.100 m. En el concejo de Lena, en el extremo meridional del Parque, se encuentran además los picos Tres Concejos y Cellón (con 2.020 y 2.029 m de altitud respectivamente). En el límite administrativo con Somiedo se alza el cordal de La Mesa, con 1.830 m en el Alto de la Cugurza y 1.830 m en Peña Negra, y al norte de éste las Sierras del Michu y la Sierra Verde. En la zona norte del Parque, en la división administrativa entre Quirós y Teverga, se encuentra el extremo meridional de la Sierra de La Sobia, siendo sus cumbres más importantes el Pico Barriscal (1.663 m) y el Pico Vallina (1.605 m).
 
Los ríos que recorren este área pertenecen a la cuenca del Nalón-Narcea. En la zona de Teverga las aguas discurren en tres valles principales: el del río Taja, el del río Valdecarzana y el del río Val de Sampedro o río Páramo. Es de destacar el interesante desfiladero de origen kárstico formado por el río Val de Sampedro desde la localidad de Fresnedo hasta la de Páramo, en el que se sitúa la cavidad kárstica de Cueva Huerta, declarada como Monumento Natural. En el territorio perteneciente al concejo de Quirós las aguas fluyen por dos corrientes principales, el río Lindes y el río Ricao, que nacen en los Puertos de Agüeria. En cuanto a los ríos lenenses, en el Parque se enmarcan las cabeceras del río Huerna y del río Pajares.

Las principales vías de comunicación y los núcleos de población se distribuyen fundamentalmente en torno a los principales valles fluviales. Las capitales de Teverga y Quirós, La Plaza y Bárzana respectivamente, son los núcleos más importantes.

Las características de este poblamiento no difieren en gran medida de las del resto de la montaña asturiana. Se trata de un espacio rural cuyo paisaje ha sido definido durante siglos por una explotación de los recursos basada mayoritariamente en la ganadería, en la que los pastos montanos han sido utilizados de modo extensivo mediante un sistema trashumante estacional. La evolución poblacional en el último medio siglo ha seguido una clara tendencia negativa, disminuyendo tanto los efectivos como las tasas de natalidad. Este fenómeno, especialmente intenso en las zonas más altas y con condiciones de vida más duras, ha conducido hacia una población mermada y envejecida. En la actualidad la actividad económica mayoritaria sigue siendo la ganadería basada en la explotación de vacuno, en su mayor parte de la raza Asturiana de los Valles, utilizando un aprovechamiento forrajero del medio con desplazamientos en altura. Dado que una gran parte de las explotaciones se encuentran regentadas por jubilados, una parte importante de la economía familiar la constituyen las pensiones.

De modo general las características que definen los valores ambientales de esta zona son la diversidad y el buen estado de conservación. En este sentido, destaca que en el territorio del Parque se conserven ejemplos de más de la mitad de las series de vegetación existentes en la provincia, estando más de un tercio de su superficie ocupada por bosques maduros, entre los que el hayedo es dominante. La calidad ambiental de dichos hábitats hace posible que en este espacio habite un elevado número de especies, entre las cuales se hallan los taxones más representativos de la fauna cantábrica: el oso pardo, el urogallo cantábrico o el águila real. El patrimonio arqueológico y etnográfico, así como el mantenimiento de los usos tradicionales de la tierra, constituyen valores añadidos a los ya mencionados elementos naturales.
 
Geología
 
Desde el punto de vista geológico, el entorno de Las Ubiñas - La Mesa se enmarca en la Zona Cantábrica del Macizo Asturiano. En concreto abarca parte de dos de las cinco regiones en que se divide la Zona Cantábrica, según criterios estructurales y estratigráficos: Región de Pliegues y Mantos y Cuenca Carbonífera Central. La primera se caracteriza por la presencia de una sucesión con alternancia de formaciones calcáreas y silicoclásticas, mientras que en la segunda afloran principalmente rocas de edad carbonífera de naturaleza siliciclástica y ocasionalmente carbonatada.
El sustrato geológico de esta zona está constituido exclusivamente por formaciones paleozoicas, con edades que van desde el Cámbrico inferior al Carbonífero superior, presentando una fuerte alternancia de tipos litológicos de naturaleza predominantemente calcárea y mixta.

La actual estructura de los materiales litológicos responde a la acción sucesiva de las orogenias hercínica y alpina, retocada posteriormente por los agentes erosivos fluvial, glaciar y kárstico. Los rasgos estructurales de esta zona vienen dados por la presencia de abundantes cabalgamientos, que se presentan en forma de sistemas imbricados entre los que destacan varios mantos de despegue mayores, que implican la superposición de materiales cámbricos sobre rocas paleozoicas mucho más modernas.
 
Estas estructuras fueron originadas principalmente durante el Carbonífero, condicionando tanto la geometría como la evolución de las cuencas sedimentarias y, en consecuencia, las sucesiones estratigráficas del sistema.
El área correspondiente a la Región de Pliegues y Mantos se caracteriza por la existencia de cabalgamientos y pliegues asociados cuyas trazas axiales se disponen generalmente subparalelas a los mismos, afectándolos en algunos casos. Mientras que el extremo noreste del Parque, correspondiente a la Cuenca Carbonífera Central, es cabalgada por la anterior y en ella predominan los pliegues con trazas axiales de dirección norte - sur.


Las formaciones superficiales dependen de la litología del sustrato y del tipo de proceso que las generó. Su origen generalmente está en el desmantelamiento del relieve Alpino por la actuación de diversos agentes geológicos durante el Cuaternario, manteniéndose muchos de los mismos activos en la actualidad. En el ámbito geográfico que nos ocupa aparecen diversos tipos de modo disperso. Sobre las calizas y cuarcitas, rocas de mayor dureza, predominan las formaciones clásticas sin matriz o con escasa matriz, correspondientes a canchales y derrubios fundamentalmente. Sobre pizarras y areniscas predominan las formaciones clásticas silíceas con abundante matriz, que se corresponden frecuentemente con coluviones y grandes movimientos en masa.
 
La vida vegetal
 
Fitogeográficamente Asturias se encuentra situada en la Región Eurosiberiana, Superprovincia Atlántica, dividiéndose en dos provincias: la Orocantábrica y la Cantabroatlántica. El entorno de Las Ubiñas - La Mesa se engloba en su totalidad en la provincia Orocantábrica, sector Ubiñense - Picoeuropeano, subsector Ubiñense.

La vegetación del Parque Natural de Las Ubiñas - La Mesa destaca por su diversidad y su buen estado de conservación. La primera de sus cualidades queda patente en el hecho de que en este territorio se encuentran representadas un elevado porcentaje de las series de vegetación existentes en Asturias. Tal variedad vegetal viene dada por una conjunción de factores, tales como su complejidad orográfica, la variedad de sustratos litológicos que presenta o los diversos usos del territorio por parte del hombre. El fuerte relieve del entorno determina la existencia de cinturas altitudinales con termoclimas bien diferenciados y cubiertas vegetales características, que constituyen los llamados pisos bioclimáticos. Se pueden distinguir tres: las áreas colinas (en los valles, en altitudes inferiores a los 700 m de altura), áreas montanas (hasta alta los 1.700 - 1.800 m de altura) y por encima de éstas, las subalpinas. El hecho de que gran parte de su superficie se corresponda con bosques maduros constituye un buen indicador del estado de conservación de sus comunidades vegetales
 
En el ámbito de Las Ubiñas - La Mesa un tercio de la superficie total se encuentra ocupada por bosques maduros, entre los que se diferencian al menos ocho tipos. Sin duda, el hayedo es el tipo de formación boscosa predominante, ya que constituye el sesenta y cinco por ciento del terreno arbolado. De modo general éste se encuentra dominado por el haya (Fagus sylvatica), caracterizándose por poseer un estrato arbustivo poco denso y un abundante estrato herbáceo. Tienden a ocupar laderas orientadas a umbría y, en función del tipo de sustrato sobre el que se desarrollen, se diferencia entre hayedos eútrofos y oligótrofos.
Tras los hayedos las formaciones boscosas mejor representadas son los rebollares oligótrofos, los bosques oligótrofos con roble albar y abedul y los abedulares orocantábricos altimontanos. Suponiendo cada tipo aproximadamente una décima parte de los bosques maduros de este área.
Los rebollares oligótrofos se desarrollan en zonas colinas y montanas sobre sustratos silíceos y condiciones de considerable xericidad. Se encuentran dominados por el rebollo (Quercus pyrenaica), aunque también presentan especies como el roble albar (Quercus petraea), el roble rosado (Quercus x rosacea), el carbayo (Quercus robur) o el abedul (Betula celtiberica).

Los bosques oligótrofos con roble albar y abedul presentan dos variantes, por un lado los robledales albares con un estrato herbáceo dominado por la gramínea Luzula henriquesii y con presencia de haya y por otro, los robledares albares oligótrofos xerófilos con presencia de otros robles como el roble rosado o el rebollo. Estos dos tipos poseen requerimientos ecológicos diferentes, desarrollándose los primeros en zonas muy umbrías y húmedas y los segundos en zonas más soleadas y secas.
Por encima del óptimo de distribución de los hayedos, los abedules constituyen un tipo de bosque mucho más aclarado y que, por tanto, permite el desarrollo de un sotobosque con arbustos y matas muy abundantes. Estos abedulares orocantábricos altimontanos constituyen el límite superior de la vegetación en las umbrías silíceas y en ellos es muy frecuente la presencia de otras especies como el tejo (Taxus baccata), incluido en el Catálogo Regional de Flora Amenazada como especie de interés especial, el haya o el roble albar.

Las formaciones arbóreas típicas de las áreas colinas ocupan un pequeño porcentaje de terreno, dado que este piso bioclimático se encuentra escasamente representado en el área que nos ocupa. No obstante, existen ejemplos de bosques mixtos eútrofos con roble albar y fresno, bosques mixtos oligótrofos con fresno y arce, así como de bosques ribereños tales como alisedas y fresnedas con arce.

Entre los prebosques destaca la presencia de acebedas con abedul, especialmente en los Puertos de Agüeria, desarrolladas sobre suelos profundos con pendientes suaves, como resultado de la sustitución de masas forestales debido a la presión ganadera, que de modo ancestral viene soportando esta zona. Éstas constituyen formaciones de notoria singularidad que además del acebo (Ilex aquifolium), incluido en el Catálogo Regional de Flora Amenazada como especie de interés especial, cuentan con especies arbóreas tales como el abedul o el tejo. Así mismo, como etapas previas del asentamiento de hayedos eútrofos y bosques mixtos eútrofos con roble albar y fresno se pueden encontrar, sobre suelos eútrofos, los bosques jóvenes con arce y fresno. Mientras que en suelos oligótrofos se desarrollan bosques jóvenes con abedul, constituyendo etapas inmaduras de robledales albares oligótrofos y hayedos.

De modo general, las formaciones arbustivas y los matorrales de los pisos colino y montano constituyen etapas de degradación de formaciones boscosas o fases previas al asentamiento de las mismas. Sin embargo, los matorrales asentados en el piso subalpino constituyen formaciones permanentes dominadas por el enebro rastrero (Juniperus communis ssp. alpina), acompañado por otros elementos como la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) y la laureola (Daphne laureola).

La importancia de la ganadería en la economía local queda patente en el hecho de que una cuarta parte del territorio de Las Ubiñas - La Mesa se encuentre cubierto por prados y pastos. El tipo de explotación de los recursos forrajeros del entorno se lleva a cabo mediante un sistema de trashumancia estacional, con aprovechamiento estival de los pastizales de las zonas altas mediante el pastoreo y un mantenimiento de los prados, localizados en las zonas colinas y montanas, mediante siega. Son precisamente este tipo de aprovechamientos los que permiten que las diversas comunidades especificas de estas formaciones se mantengan. En los abundantes pastizales de este área se conservan poblaciones de cuatro taxones incluidos en el Catalogo Regional de Flora Amenazada: la centaurea de Somiedo (Centaurium somedanum), como especie sensible a la alteración de su hábitat y el narciso de Asturias (Narcissus asturiensis), el narciso de trompeta (Narcissus pseudonarcissus L. ssp. nobilis) y la genciana (Gentiana lutea ssp. lutea), como especies de interés especial..
 
En aquellas áreas en las que los suelos se encuentran poco evolucionados, desarrollados sobre afloramientos y depósitos rocosos de diversos tipos, medran complejos de vegetación rupícola constituidos por comunidades vegetales altamente específicas entre las que se encuentran las comunidades de vegetación casmofítica y las gleras.

En los territorios subalpinos se desarrollan los denominados complejos de vegetación de alta montaña, que constituyen un tipo de comunidades altamente especializadas. En el entorno de Las Ubiñas - La Mesa estas zonas de elevada altitud se encuentran muy bien representados, concentrándose en el macizo calcáreo de Peña Ubiña, Peña Rueda y Huertos del Diablo. Este tipo de comunidades poseen, por tanto, un elevado valor, tanto por su composición específica como por suponer un porcentaje importante de las presentes en la totalidad de la región.

Pese a que suponen un pequeño porcentaje de la superficie total del del Parque Natural, dado su gran valor ecológico son de destacar los complejos de vegetación dulceacuícola, categoría en la que se engloban las comunidades asociadas a turberas, charcas y lagunas. Entre las turberas destacan las asociadas al lago El Tchegu en Lena, en la que se tiene constancia de la presencia de dos especies incluidas en el Catálogo Regional de Flora Amenazada: Triglochin palustris y Equisetum variegatum, catalogadas ambas como vulnerables. Charcas y lagunas constituyen el hábitat de comunidades anfibias formadas por especies adaptadas a vivir con el aparato vegetativo parcial o totalmente sumergido. En el caso de algunas lagunas de las existentes en Lena y Quirós se ha constatado la presencia de Calitriche palustris, especie incluida en el Catálogo Regional de Flora Amenazada como sensible a la alteración de su hábitat.
 
Vida animal
 
En el futuro Parque Natural de Las Ubiñas - La Mesa, dada su ubicación en plena Cordillera Cantábrica y el buen estado de conservación de sus amplias masas forestales, constituye un territorio en el que la fauna cantábrica se encuentra bien representada, albergando especies tales como el oso pardo (Ursus arctos) o el urogallo cantábrico (Tetrao urogallus).

En este entorno habita una buena representación de los mamíferos de la región, tanto de ungulados silvestres, como el jabalí (Sus scrofa), el corzo (Capreolus capreolus), el ciervo o venado (Cervus elaphus) y el rebeco (Rupricapra pyrenaica), de elevado interés cinegético, como de grandes y pequeños mamíferos o micromamíferos. Entre los grandes carnívoros, sin duda la especie más destacada es el oso pardo (Ursus arctos), estando catalogada como especie en peligro de extinción, tanto por el Catálogo Regional de Especies Amenazadas como por el Catálogo Nacional y que encuentra en este área uno de sus últimos refugios. En los cordales montañosos de esta zona habitan varios grupos familiares de lobo (Canis lupus), especie recogida en el PORNA como singular. Casi todos los carnívoros de pequeño y mediano tamaño se encuentran presentes en el entorno que nos ocupa: zorro (Vulpes vulpes), marta (Martes martes), garduña (Martes foina), gineta (Genetta genetta), gato montés (Felis sylvestris), armiño (Mustela erminea) y tejón (Meles meles). Entre ellos cabe resaltar la presencia de dos especies asociadas a cursos de agua de elevada calidad ambiental, por presentar estrictos requerimientos ecológicos: la nutria (Lutra lutra) y el desmán (Galemys pyrenaicus), incluidas en el Catálogo Regional como especie de interés especial y en el PORNA como especie singular, respectivamente. De las veintiséis especies de quirópteros citadas en la región, al menos ocho habitan en este área. Todas ellas se encuentran recogidas en el Catálogo Nacional, siendo el murciélago de cueva (Miniopterus schreibersi) el único que se incluye en el Catálogo Regional. Cueva Huerta, sistema kárstico declarado como Monumento Natural en el PORNA, constituye, sin duda, un enclave de elevada importancia para este grupo faunístico. La liebre de piornal (Lepus castroviejoi) abunda en praderías y piornales, y es otra de las numerosas especies protegidas que encuentra refugio en el Parque.
 
Dado el elevado porcentaje de superficie ocupada por formaciones boscosas, uno de los grupos de la avifauna con mayores cotas de diversidad y una destacable densidad es el asociado a este tipo de medios. Entre estas aves forestales es de resaltar el urogallo cantábrico(Tetrao urogallus), especie sensible a la alteración de su hábitat según el Catálogo Regional de Especies Amenazadas y vulnerable según el Catálogo Nacional, pícidos como el pico mediano (Dendrocopos medius) y el pito negro (Dryocopus martius) y otras especies como el agateador norteño (Certhia familiaris), todas ellas con estrictos requerimientos ecológicos. Debido a las características del territorio y lo abrupto de su relieve, es destacable la presencia de especies de montaña como el gorrión alpino (Montifringilla nivalis), acentor alpino (Prunella collaris), collalba gris (Oenanthe oenanthe), roquero rojo (Monticola saxatilis), bisbita alpino (Anthus spinoleta), treparriscos (Trichodroma muraria) o la perdiz pardilla (Perdix perdix). En cuanto a las rapaces, en los cortados calizos de estos cordales se pueden observar individuos de todas las especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. En este sentido el futuro Parque Natural forma parte del área de distribución centro - occidental del águila real (Aquila chrysaetos) en la provincia y en él anidan también el alimoche (Neophron percnopterus), el azor (Accipiter gentilis) y el halcón peregrino (Falco peregrinus).

Por último destacar la presencia de rana de San Antón (Hyla arborea) en la zona de los puertos de Agüeria y de rana común o rana verde (Rana perezi) en la zona del puerto de La Cubilla. Ambas especies se incluyen en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas.
 
Otros Valores
 
A la vistosidad del paisaje y el buen grado de conservación de los recursos naturales de Las Ubiñas - La Mesa se añaden sus numerosos valores culturales. Entre éstos destaca su patrimonio arqueológico, dado que cuenta con una de las más ricas estaciones rupestres del noroeste peninsular, los Abrigos Rupestres de Fresnedo localizados en el entorno del pueblo de Fresnedo, en el concejo de Teverga. Se trata de un conjunto de cinco covachos con numerosas representaciones pictóricas datadas de la Edad del Bronce - Edad del Hierro. De la época castreña se conservan restos de castros en la Focella y Barrio (Teverga), así como en La Picona en Ricabo y El Collao (Quirós). Sin duda uno de los elementos representativos de esa zona es el Camino Real de La Mesa, calzada romana que discurría por la cresta de los cordales que hoy delimitan los concejos de Somiedo y Teverga (Cordal de La Mesa), así como los de Belmonte de Miranda y Grado (Cordal de Porcabezas). Esta vía, quizá tan antigua como los primeros indígenas astures, comunicaba los principales pueblos romanos de Asturias con los de la Asturica Augusta (Astorga).
En los pueblos del entorno se pueden encontrar buenos ejemplos de la arquitectura tradicional de la montaña asturiana, con viviendas levantadas en mampostería pétrea y corredores de madera, en los que pueden apreciarse trabajos de talla. Junto a estos núcleos de población asentados en los valles coexistieron, las denominadas brañas, zonas de pasto de verano en áreas de mayor altitud en las que se construían sencillas cabañas de piedra con cubierta de teja o de escoba (teito), además de los llamados corros o cabanos, construcciones circulares con una falsa cúpula de piedra. En el concejo de Teverga se conservan algunas de estas brañas con cabanas de teito, como las de Tuiza, El Rebellón, Llamaraxil o Funfría.

A estos valores arqueológicos y arquitectónicos se añade la riqueza etnográfica de sus poblaciones, que han sabido mantener vivas las tradiciones locales, conservando su artesanía, gastronomía y folclore característicos.
 
 
Otros espacios proteguidos
 
Monumentos Naturales
 
Cueva Huerta 
 
La cavidad kárstica de Cueva Huerta se sitúa junto a la localidad de Fresnedo, en el desfiladero de la Foz de la Estrechura, concejo de Teverga. El principal acceso a esta localidad lo constituye la carretera AS-228, que va de Trubia al Puerto Ventana, que discurre por el desfiladero Foz de la Estrechura paralelo al río Val de San Pedro o Río Páramo, y desde la que se observa la entrada de la cueva

Este Monumento Natural ya fue estudiado en 1896 por Puig y Larraz. En 1954, lo describe Julivert. En las décadas de los sesenta y setenta lo exploran y topografían varios grupos de espeleólogos. Era una cavidad muy visitada y como consecuencia de las visitas incontroladas su estado de conservación no es el adecuado. En 1994 se llevó a cabo el cerramiento de la cavidad con una verja que permite el paso de los murciélagos y protege el ecosistema, además de regular las visitas. Las galerías alcanzan una longitud de 14,5 Km.
 
El nivel inferior de la cueva, de acceso impracticable, tiene su origen en diferentes sumideros y filtraciones a lo largo de la Foz de La Estrechura, resurgiendo por debajo de la salida del nivel intermedio. Éste se inicia en el sumidero principal y tiene un desarrollo cercano a los trescientos metros, abriéndose al exterior por encima de la resurgencia permanente. Por último, el nivel superior fósil es el de mayores dimensiones y se organiza en amplias galerías de hasta diez metros de anchura y más de veinte metros de altura frecuentemente ramificadas y jalonadas de grandes salas, aunque con escasas concreciones y formas kársticas.

 
Además de su interés hidrogeológico, posee un notable interés biológico, destacando la presencia invernal de una importante agrupación de murciélagos de cueva (Miniopterus schreibersi), la más numerosa de Asturias y una de las más importantes del noroeste de la Península Ibérica. El murciélago de cueva está considerado especie de interés especial en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Vertebrada de Asturias.
 
Se ha construido una pasarela de madera totalmente respetuosa e integrada en el paisaje que permite la visita guiada de los 300 primeros metros de la cueva. Las visitas son realizadas por una empresa de turismo activo, teléfonos: 666557630 / 666557628
 
Puertos de Marabio
 
Localización y accesos
 
El Monumento Natural de los Puertos de Marabio constituye una extensa pradería de montaña situada a caballo entre los concejos de Yernes y Tameza, Teverga y Proaza, que se incluye en el territorio del Protegido del Pico Caldoveiro. Este ámbito aparece delimitado al norte por el Pico Caldoveiro, al este por la sierra de Peña Padiella, al sur por la divisoria de aguas del río Santibáñez y al oeste por la Sierra de la Granda, divisoria de Grado y Yernes y Tameza.

El acceso a los puertos puede realizarse desde la localidad de Villabre, capital municipal de Yernes y Tameza, o desde Entrago en Teverga, a través de una carretera de montaña construida al servicio de la intensa actividad ganadera que se desarrolla en los puertos.
 
Características naturales
 
El sistema kárstico de los Puertos de Marabio se caracteriza por una serie de dolinas y valles ciegos de corto recorrido que drenan las aguas de escorrentía hacia sumideros conectados con las oquedades desarrolladas en profundidad. Este es el caso de pequeños regueros como los de Vega Prao, Vega Muria y Las Llongas, que conducen las aguas hacia el área receptora de Piedrallonga.

Existen en la zona multitud de cavidades subterráneas, en muchas ocasiones conectadas entre ellas, que llegan a formar complejos entramados kársticos. Así ocurre en el sistema de Vegalonga, que presenta una red interior próxima a los 6.000 m de desarrollo, o en otros de menor entidad: el Sumidorio del Fondadal, de 150 m de profundidad; la Cueva del Vistulaz, de 3.000 m de desarrollo; o el Pozo del Agua, por el que se precipita en cascada un pequeño arroyo. Otras veces se producen acumulaciones de agua en superficie que dan lugar a bellas lagunas como la de Barrera, la de Vega Castro, la de Foslayegua o la de Tambaisna. En ocasiones, rellenando las fracturas del roquedo calizo aparecen yacimientos filonianos de fluorita, que se aprovecharon de forma dispersa y con escasa intensidad hasta los años setenta, principalmente en las laderas del Caldoveiro donde pueden verse aún algunas de las catas de la explotación.
 
El proceso de disolución del carbonato de las rocas calizas deja como residuo insoluble un conjunto de arcillas que generan suelos de gran fertilidad química. Por ello, la mayor parte del área de los puertos aparece ocupada por pastizales y praderas sometidos a un intenso aprovechamiento por ganado vacuno. Allí donde se producen encharcamientos temporales de agua es frecuente la aparición de tremedales colonizados por el cervuno, especie que suele ser rechazado por el ganado.

No obstante, la progresiva reducción de la carga ganadera se hace evidente en el gran número de cabañas hoy abandonadas y en el notable incremento de la superficie de matorral, generalmente brezales-tojales que constituyen el primer estadio en la sucesión hacia etapas forestales. En aquellas otras zonas en las que la potencia del suelo es menor, debido a causas naturales o a la existencia de procesos erosivos favorecidos por los incendios, aparece sin embargo una cubierta discontinua de aulagares de Genista occidentalis.

Diseminadas entre la pradera, aparecen además pequeñas pero numerosas matas de acebo (Ilex aquifolium), espino albar y endrino, que fueron conservadas por los pastores por su interés como lugar de refugio del ganado frente a la lluvia o los calores del verano. En las cercanías de las cabañas es también frecuente la existencia de ejemplares aislados de fresno, cuya madera es aún utilizada para la fabricación de los mangos de las herramientas agrícolas y cuyo follaje sirve incluso para la alimentación del ganado cuando escasea el pasto. Otra especie relevante es el tejo (Taxus baccata), del que existen ejemplares diseminados por el territorio.

Entre la Sierra de la Llomba y El Caldoveiro, aparecen bosques de carbayo (Quercus robur), mientras que en las laderas que vierten al río Teverga se distribuyen bosques de roble albar (Quercus petraea).

Entre los taxones vegetales más interesantes destacan la centaura de Somiedo (Centaurium somedanum) y el Narciso de asturias (Narcissus asturiensis), estando ambas incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Flora, la primera como sensible a la alteración de su hábitat y la segunda como de interés especial.

Por los puertos de Marabio cruzaba un antiguo camino real, utilizado como ruta en las peregrinaciones jacobeas, el camín francés, que partiendo de Oviedo ascendía a los puertos desde Sograndio para enlazar luego con la calzada romana de la Mesa y cruzar la cordillera por el puerto del mismo nombre, en Somiedo.

Entre la fauna presente en este entorno cabe citar la presencia esporádica del oso pardo (Ursus arctos), que aparece de forma ocasional procedente de los núcleos poblacionales próximos. El desarrollo de las cavidades de la zona favorecen la existencia de refugios adecuados para varias especies de quirópteros, entre las que se han confirmado la presencia de murciélago de cueva (Miniopterus schreibersii), considerado especie de interés especial en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Fauna Vertebrada de Asturias, murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrum-equinum), murciélago pequeño de herradura (Rhinolophus hipposideros) y murciélago mediterráneo de herradura (Rhinolophus euryale).

Entre las aves destacan los paseriformes de montaña, como el treparriscos (Tichodroma muraria) o el roquero rojo (Monticola saxatilis), y las grandes rapaces como el águila real (Aquila chrysaetos), el alimoche (Neophron percnopterus) y el buitre leonado (Gyps fulvus), que utilizan esta zona como área de campeo.
 
 
Paisajes protegidos
 
Pico Caldoveiro
 
Localización y accesos
 
El Paisaje Protegido del Pico Caldoveiro comprende la mayor parte del concejo de Proaza, la zona tevergana de los puertos de Marabio, la parte de Grado al sur de los pueblos de Tolinas y Villamarín y la totalidad de la parroquia de Tameza, en el concejo de Yernes y Tameza.

El ámbito así definido es un área de transición entre los territorios más poblados y la montaña mejor conservada, constituyendo el principal motivo para su inclusión en la red de espacios protegidos la expansión que hacia aquí ha tenido la población osera en los últimos decenios. Incluido en su interior se encuentra el Monumento Natural de los Puertos de Marabio, uno de los sistemas kársticos de mayor interés de la región.

Sus principales vías de acceso son la carretera comarcal AS-228, de Trubia al Puerto Ventana, y la carretera local AS-311, de Grado a Villabre.
 
Características del territorio
 
En el territorio del Paisaje Protegido pueden diferenciarse cuatro grandes unidades geográficas. La primera, en el centro, es la formada por el kárst de los puertos de Marabio, situado a caballo de los concejos de Teverga y Yernes y Tameza. En esta zona apenas existe poblamiento, sin embargo se trata de un área de intenso pastoreo utilizada por los vecinos de Teverga y Yernes y Tameza.

La segunda unidad, al oeste y localizada íntegramente en el concejo de Grado, está formada por las pequeñas cuencas del río Xordón y el arroyo de la Cavadura, tributarios del Nalón. Se trata de un área de frondosos bosques y escasamente poblada, destacando únicamente las pequeñas aldeas de Tolinas, Las Villas y Noceda, accesibles desde Grado por la carretera que sigue el valle del río Cubia. La presencia de formaciones geológicas con alternancias de pizarras, capas de carbón y areniscas permitió en tiempos la explotación del carbón en pequeños chamizos y minas de montaña abandonados en la actualidad. Además, aparecen intercalados entre los estratos de la cuarcita de Barrios algunos horizontes de caolín que fueron explotados para la fabricación de materiales refractarios con destino a la siderurgia, como ladrillos de tipo chamota.

La tercera, al norte, es la formada por la cuenca alta del río Tameza, que desciende desde Marabio para confluir con el Cubia fuera ya del ámbito protegido. En éste ámbito se sitúa la pequeña localidad de Villabre, capital municipal de Yernes y Tameza.

Por último, la de mayor tamaño, al este, está formada por los valles del río Trubia y su afluente el Teverga, recorridos en toda su longitud por la carretera que lleva al Puerto Ventana. Se trata del área más poblada, debiendo destacarse las aldeas de Caranga de Abajo, Caranga de Arriba, Proacina, Sograndio y Bandujo, que resalta por su rica arquitectura popular.
 
Vida vegetal
 
Las formaciones vegetales con mayor entidad superficial son prados y pastizales, seguidos de brezales de brezo rojo y brezales-tojales. Los brezales de brezo rojo (Erica aragonensis) ocupan suelos extremadamente someros y degradados, casi siempre sobre sustratos cuarcíticos. Se extienden principalmente sobre las crestas de la Sierra de la Granda, divisoria de Grado y Yernes y Tameza, y sobre los farallones rocosos a lo largo de la margen occidental del río Trubia. Al contrario, los brezales-tojales, en los que dominan el brezo (Erica vagans) y el tojo (Ulex gallii), ocupan suelos profundos en los que no ha habido procesos erosivos de importancia, ocupando grandes áreas en los puertos de Marabio merced al abandono de prados y pastizales. Otras formaciones de matorral muy abundante son los aulagares de Genista occidentalis, mata de porte almohadillado y escasa cobertura, que ocupa amplias áreas calizas al nordeste del pico Caldoveiro.

En cuanto a la vegetación arbustiva y arbórea, destacan por su entidad los hayedos, situados siempre en orientaciones de umbría al amparo de una humedad atmosférica alta. Ocupan importantes superficies en el valle de la Cavadura en Grado, en las laderas al norte de los picos Caldoveiro y la Mostayal, y en las cabeceras del río Villabre y del arroyo de Bandujo. No obstante, las formaciones arbóreas de mayor interés, por su singularidad, son los espléndidos carrascales que se extienden por las laderas occidentales de la Sierra de la Verde, al este del río Trubia en el concejo de Proaza. Se trata de formaciones vegetales relictas, de corte mediterráneo, que han permanecido en estos biotopos al amparo de la sequedad edáfica que imponen sustratos calcáreos muy permeables y orientaciones de solana. Además, no pueden dejar de mencionarse por su interés para la fauna los madroñales, que aparecen colgados sobre los desfiladeros del río Teverga, y las pequeñas acebedas que perviven entre las praderías de los puertos de Marabio.
 
Vida animal
 
La fauna existente aparece condicionada por la intensa transformación humana a la que ha sido sometido el territorio. La escasa superficie de bosques determina una menor abundancia de especies forestales, en beneficio de aquellas otras que tienden a utilizar espacios más abiertos. Sin embargo, la cercanía de áreas en un mejor estado de conservación, como los concejos de Somiedo, Teverga y Quirós, y el paulatino abandono del campo y la actividad ganadera de montaña, han propiciado una notable recolonización faunística cuyo exponente principal es el oso pardo cantábrico (Ursus arctos). La zona parece haberse consolidado junto con Somiedo y Degaña, como uno de los tres principales núcleos reproductores de la población osera occidental, constatándose la presencia de osas con crías del año en prácticamente todo el periodo que va de 1983 al 1990.

Del resto de especies vertebradas, aparecen en este ámbito algunas de las recogidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas. Existe constancia de la presencia de nutria (Lutra lutra) en los cauces del Teverga y del Trubia, aguas arriba de Proaza, y es presumible que habite también en las zonas mejor conservadas de los cauces del Villabre y el Xordón. En cuanto a las rapaces, parece haberse producido una ligero incremento de las poblaciones de alimoche (Neophron percnopterus) y águila real (Aquila chryasaetos). El primero nidifica en los concejos de Yernes y Tameza, Proaza, Quirós, Teverga y Somiedo y la segunda sobrevuela la zona desde algunos puntos estables de nidificación en los cantiles rocosos de Somiedo y Teverga.
 
Además de las anteriores, aparecen con cierta frecuencia el lobo (Canis lupus) y gran número de rapaces: el carroñero buitre leonado (Gyps fulvus), el aguilucho pálido (Circus cyaenus), el busardo (Buteo buteo) o el cernícalo (Falco tinnunculus).

En cuanto a la fauna cinegética, abunda en la zona el jabalí (Sus scrofa), muy numeroso en los barrancos la cuenca del Cubia. El corzo (Capreolus capreolus) mantiene una pequeña población en ligero crecimiento, mientras que el venado (Cervus elaphus) ha experimentado un aumento importante que ha provocado numerosos problemas a los agricultores de la zona de Las Carangas.